lunes, 20 de julio de 2020

NO SERÁN PERDONADOS

NO SERÁN PERDONADOS
Por Hernán Scardino


Da la sensación que al menos en la Capital Federal, loquero central de Argentina, algo ha cambiado.

Es prematuro afirmar si el cambio fue consecuencia de la presión silenciosa de una sociedad hastiada y agotada de tanto encierro angustiante cada vez más inexplicable desde lo cientifico y lo politico o si fue un cambio que las autoridades han hecho a regañadientes teniendo en cuenta el complejo cuadro de situación.

Por lo pronto ayer nos encontramos con mi hermano y juntos llevamos a los chicos a jugar a un extenso parque donde había no menos de mil personas. Abuelos, matrimonios,  adolescentes y cientos de niños  jugando.

La gente tiende a reunirse y los chicos a jugar, así se los vio. Ronda de mates, charlas amenas y pequeños corriendo, andando en bici y trepados a todo lo que habia para treparse. 
Varios cumpliendo el protocolo del bozal llamado tapaboca y otros no.

El punto es que parece que, aún queriendo tapar para luego desterrar el espíritu más intrínseco del ser humano, la banda de sociopatas que gobierna a sangre y fuego  la humanidad no puede lograr su máximo objetivo: arrancar el alma de las personas.
Hay que ser y tenerlo claro: lo intentan minuto a minuto. Siempre solapadamente, siempre bajo un pretexto benevolente. Por supuesto que ya muchos sabemos que no es asi y que el fondo de la cuestión es malo y mal intencionado.

Cuando lentamente se van acomodando las cosas para que de a poco se ponga en marcha la estúpida y enferma "nueva normalidad", es hora también de hacer algunas preguntas o al menos plantear algunas circunstancias que seguramente se van a presentar y los mismos creadores y ejecutores de toda esta farsa sin límites tendrán que responder.

Por ej. uno lee que "en Europa volvió el futbol". La odiosa comparación nos hace quedar en el sub-mundo ya que acá no se puede ni tomar un café en un bar.  La lectura que hago es que a simple vista el fútbol nunca se fue. En todo caso volvieron los jugadores a entrenar y a competir. Volvieron las cámaras de televisión a los estadios. Volvió la publicidad (digna de estudiar en su metamensaje). Volvieron los cancheros a marcar las áreas y colgar las redes. A los periodistas no les hizo falta volver porque nunca se fueron. En definitiva, volvieron todos MENOS la gente. Un dato para nada menor. 

Vamos más profundo aún.
Con esto del "distanciamiento social" ¿Si en algún momento vuelve el público, quienes van a volver? ¿Cuantos van a volver? No por una cuestión de ganas. No por una cuestión de miedo al contagio. Sino porque obviamente para seguir el cuento van a tener que suprimir la cantidad de espectadores como mínimo a la mitad pero esa misma reducción será ultilzada por lo que se llama oferta y demanda: menos entradas para vender mayor precio de venta. Entonces surgen más preguntas ¿Quienes podrán pagar las entradas? Y más complejo aún ¿Que pasa con la gente que queda afuera?

Este mismo ejercicio se puede repetir en toda actividad donde se reúne (o reunía) mucha gente: desde el cine, teatro, festivales musicales, fiestas de todo tipo, hasta aviones o trenes.

Otro punto es la educación. 
Me llegó un mail oficial a nombre de la ministra de educación de la ciudad de BsAs dónde decía que ya están trabajando para normalizar la vuelta de los chicos al colegio. Por supuesto que con las nuevas normas de higiene y.... distanciamiento. Si alguno quiere le pasó mi cordial devolución a ese nauseabundo mail.
Nuevamente surgen preguntas ¿Van a tener a los niños con tapaboca 4 o 5 horas? ¿No van a poder jugar en los recreos? ¿Van a testear cada vez que entran al establecimiento? 
Y fundamentalmente ¿Vamos a estar de acuerdo los padres a este tipo de protocolo? 

Por el lado de lo que llaman "salud" también se vienen interrogantes.
Mucho se habla de la vacuna. 
Mi testeo personal en base a las preguntas que hago diariamente a personas que ni conozco me da como resultado que NADIE tiene la mínima intención de vacunarse. 
Llamativamente hasta la misma gente que pertenece al ámbito de la salud, y son fieles creyentes del coso19, están en las antipodas de vacunarse como medida de prevención y salvación. Vaya contradiccion.
Pero vamos más al hueso aún. Teniendo en cuenta que un mayor no está dispuesto a vacunarse ¿Estará dispuesto a vacunar a sus hijos? ¿Que pasa si es OBLIGACIÓN vacunar a sus hijos para que estos puedan acceder a: la escuela, la obra social, la actividad extra educacional? ¿Como se resolverán todas esas situaciones?
¿Cómo hará el gobierno de sociopatas y sus monigotes administrativos para seducir a una población cada vez más desconfiada por un lado y atemorizada por el otro?
Esperemos para ver el desarrollo de esos acontecimientos.

Tiempos interesantes se aproximan.
Tiempos duros también.
Tiempos para estar despiertos y claros.

Es ellos contra nosotros. Ellos crearon esta dualidad y ellos terminarán pagando con lo poco de humano que les queda ya que el alma la vendieron por monedas.
Su vuelo es tan corto como su viaje.

No nos subamos a esta historia si es que queremos trascender a otro estadío mucho mejor.
Adentro nuestro nos espera algo mucho mejor sabiendo que nunca les vamos a perdonar esta locura en la cual nos metieron.
Esta demencia que  nos hicieron  y hacen vivir no solo a nosotros los grandes si no a los chicos a los que también le sumaron, de forma anormal y satánica, el miedo, la depresión, la angustia y la tristeza.  De esto último no hay olvidó ni perdón.
Los chicos son el límite y ellos lo  pasaron, hasta ahora,  con total impunidad. 

No lo podemos permitir nunca más.

No seran perdonados jamás.






2 comentarios:

  1. Realmente es tremendamente psicótico a lo que nos están sometiendo. No puedo entender cómo se ha plegado la gente a esta mentira, asustados en casa, temblando de miedo por una puta gripe. Todos los años mueren al menos 170 personas al día de neumonías, sin contar el resto de otras enfermedades, llegando a unas 90.000 por año. Nadie investiga, nadie se pregunta si los muertos son muchos o pocos. Me apeno por los que pierden un familiar, pero la muerte es parte de la vida. Y yo prefiero morir antes que entregar mi libertad. Y o creo que este bicho me vaya a matar y menos asustar.

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  2. Efectivamente, la primer frase resume el todo: es algo psicótico el padecimiento que estamos sobrellevando estos días.
    Gran comentario el tuyo en su totalidsd y está bueno que vayamos sumando voces.
    Abrazo grande.
    Hernán

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